Eureka. Diario de Gauss

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Todo número es suma de tres números triangulares

domingo, 15 de marzo de 2020

Blaise Pascal: el Sheldon Cooper de los tres mosqueteros


Raíz de 5 de Radio5. Latidos de historia. Por Antonio Pérez Sanz

Pascal: genio científico o fanático religioso.

Para gobernar una nave, no se elige al pasajero de mejor familia. Pensamientos.  Blas Pascal.

Sheldon Cooper, el estrambótico científico de la serie The Big Bang Theory tuvo un claro precursor en el siglo XVII en la Francia de los tres mosqueteros y el cardenal Richelieu. Este predecesor de Sheldon descubriría el vacío y que el aire pesa. 















 
En esta época Francia está plagada de cerebros matemáticos privilegiados. Descartes, Fermat, Desargues, Mersenne… Todos se reúnen con asiduidad o mandan sus resultados a la recién fundada Academia de Mersenne, donde se desarrollan sesudas discusiones sobre los temas matemáticos y científicos de actualidad. En esas reuniones, sentado en un rincón, callado, pero sin perder detalle de todo lo que se habla, un niño de 12 años de aspecto frágil asiste a la lectura de la Géométrie de Descartes y a las disputas postales sobre la geometría analítica de Fermat y Descartes.

Ese joven brillante, de aspecto enfermizo, precoz y un tanto insolente, presentará en este foro y ante lo más granado del mundo científico francés un Ensayo sobre las cónicas, con resultados nuevos y sorprendentes. Era septiembre de 1639. Tenía 16 años. Se trata de Blaise Pascal. 
Este ensayo contaba con más de 400 proposiciones y entre ellas se incluye un resultado completamente nuevo, conocido desde entonces como Teorema de Pascal: Si un hexágono cualquiera está inscrito en una elipse, los tres pares de lados opuestos se cortan en tres puntos… que están en una misma recta.


Había nacido en Clermont en 1623. Su padre Étienne Pascal era un alto magistrado en Clermont, vicepresidente de la oficina de recaudación de impuestos de la región de Auvernia. En realidad, había comprado el cargo, algo muy frecuente en la época. Además de jurista era experto en matemáticas. La curva conocida como caracol de Pascal se denomina así en su honor. Su madre moriría tras dar a luz a su hermana pequeña Jacqueline cuando Blaise tenía tres años. Probablemente en esos tres años desarrolló un incipiente complejo de Edipo que más tarde proyectaría en su hermana Jacqueline. El cardenal Richelieu ya es presidente del Consejo en París.

Étienne descubre muy pronto la notable y precoz inteligencia de su hijo y decide educarle él mismo, prescindiendo de maestros y de escuelas. Y curiosamente se niega a enseñarle geometría hasta que un día sorprendió al pequeño Blaise intentando demostrar por sus propios medios la proposición 32 del libro I de Los Elementos de Euclides. Tenía 12 años y nunca había leído el libro de Euclides. Vivían desde hacía tres años en París.

En octubre de 1639 Richelieu nombra a Étienne Comisario del Rey para la recaudación de impuestos en Normandía. Algo tuvo que ver con el hecho de que Richelieu estaba cautivado por la gracia y la belleza de Jacqueline que a la sazón tenía 13 años y por sus dotes para la poesía y la interpretación… La familia se desplaza a Rouen y viven como corresponde a un alto cargo del Rey… A cuerpo de rey.

Blaise ayuda a su padre con los penosos cálculos de los impuestos. En esa época no había calculadoras… Y qué se le ocurre a Pascal hijo para huir de las pesadas cuentas repetitivas: inventar la primera calculadora de la historia, la Pascalina. Una calculadora mecánica dotada de seis ruedas dentadas y engranajes complicados que permitía realizar de forma automática sumas y restas de números de hasta seis cifras. Pascal tenía 19 años. Era complicada y cara… pero funcionaba. Construyó en dos años más de 50 modelos diferentes con hasta ocho ruedas, es decir trabajaba con números de ocho cifras. Una de ellas la presentó en la Academia de Mersenne con aplauso general y hasta consiguió hacer una presentación del artilugio ante el rey Enrique II.

Aquí puedes escuchar el programa completo
Entre 1651y 1654, tras la muerte de su padre y el ingreso de su hermana en el convento jansenista de Port-Royal, Pascal se sumerge en la vida licenciosa del París aristocrático. Pero no deja sus investigaciones científicas: en 1651 escribe su Tratado del vacío y en 1654 tras una serie de intercambio de cartas con Fermat sobre propiedades de los números y la probabilidad verá la luz la obra que le hará famoso entre los matemáticos y los estudiantes de secundaria de todo el mundo, el Tratado del triángulo aritmético, conocido desde entonces como el “Triángulo de Pascal”. Los coeficientes de las potencias de un binomio, los números poligonales y piramidales, el cálculo de las combinaciones y hasta el cálculo de repartos de las apuestas en partidas inconclusas y de probabilidades están en el triángulo aritmético de Pascal. Este tratado llevó a Pascal a la cima de las matemáticas del siglo XVII.
La correspondencia de 1654 entre Fermat y Pascal, tres cartas cada uno, será el origen de una nueva rama de las matemáticas: el cálculo de probabilidades, la geometría del azar como la llamaba Pascal.

El 23 de noviembre de 1654, a las diez y media de la noche la vida de Pascal va a sufrir un cambio radical. Una experiencia alucinatoria, una especie de éxtasis místico, va a convertir al licencioso en un estudioso de temas teológicos que se retirará durante unas semanas a la abadía de Port-Royal des Champs donde dedica su tiempo a leer la Biblia y a traducir a Santa Teresa y a San Agustín. Y a participar en las discusiones teológicas de los monjes. La abadía contaba con unas escuelas a las que asistían los niños de la nobleza. Pascal aprovechó este hecho para escribir un manual para enseñar a leer a los niños, basado en las sílabas… sin necesidad de conocer el nombre de las letras. ¡300 años antes que Paulo Freire!
  
Un año más tarde entrará a saco en la polémica entre jansenistas y el Papa y los jesuitas y que propiciará la publicación, en forma anónima, de las famosas Cartas provinciales. 18 cartas clandestinas a favor de los jansenistas, redactadas de forma magistral que, por supuesto fueron prohibidas por la Iglesia, pero que llevarían a Blaise Pascal, al parnaso de las letras francesas.

Por suerte, la teología no le apartó del todo de las matemáticas y en 1658 publica el Tratado sobre la “ruleta” o Tratado sobre la cicloide, la curva que describe un punto del borde de una rueda al girar esta regularmente. Pascal, mediante su ordenada de un punto de una curva, su triángulo trilínea, sus ongletes nos lleva casi a las puertas del cálculo diferencial. Habrá que esperar a Newton y a Leibniz para abrir esas puertas. Pascal no llegó a verlo murió cuatro años más tarde, en 1662, tenía sólo 39 años.

A la luz de estos datos creo que no es apropiado decir que Pascal fue un precursor de Sheldon Cooper; más bien es la síntesis perfecta de Sheldon y de Mary, su fanática madre. Genio científico y fanático religioso al mismo tiempo.


De lo que no cabe duda es de que hay mucho de Blaise Pascal en la figura del Dr. Cooper de The Big Bang Theory.

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