Raíz de 5 de Radio5. Latidos de historia. Por Antonio Pérez
Sanz
Pascal: genio científico o fanático
religioso.
Para gobernar una nave, no se elige al pasajero de mejor familia. Pensamientos.
Blas Pascal.
Sheldon Cooper, el
estrambótico científico de la serie The Big Bang Theory tuvo un claro precursor
en el siglo XVII en la Francia de los tres mosqueteros y el cardenal Richelieu.
Este predecesor de Sheldon descubriría el vacío y que el aire pesa.
En esta época Francia está plagada de cerebros matemáticos privilegiados. Descartes, Fermat, Desargues, Mersenne… Todos se reúnen con asiduidad o mandan sus resultados a la recién fundada Academia de Mersenne, donde se desarrollan sesudas discusiones sobre los temas matemáticos y científicos de actualidad. En esas reuniones, sentado en un rincón, callado, pero sin perder detalle de todo lo que se habla, un niño de 12 años de aspecto frágil asiste a la lectura de la Géométrie de Descartes y a las disputas postales sobre la geometría analítica de Fermat y Descartes.
Ese joven brillante, de
aspecto enfermizo, precoz y un tanto insolente, presentará en este foro y ante
lo más granado del mundo científico francés un Ensayo sobre las cónicas, con resultados nuevos y sorprendentes. Era
septiembre de 1639. Tenía 16 años. Se trata de Blaise Pascal.
Este ensayo contaba con más de 400 proposiciones y entre ellas se incluye un resultado completamente nuevo, conocido desde entonces como Teorema de Pascal: Si un hexágono cualquiera está inscrito en una elipse, los tres pares de lados opuestos se cortan en tres puntos… que están en una misma recta.
Este ensayo contaba con más de 400 proposiciones y entre ellas se incluye un resultado completamente nuevo, conocido desde entonces como Teorema de Pascal: Si un hexágono cualquiera está inscrito en una elipse, los tres pares de lados opuestos se cortan en tres puntos… que están en una misma recta.
Había nacido en Clermont
en 1623. Su padre Étienne Pascal era un alto magistrado en Clermont,
vicepresidente de la oficina de recaudación de impuestos de la región de
Auvernia. En realidad, había comprado el cargo, algo muy frecuente en la época.
Además de jurista era experto en matemáticas. La curva conocida como caracol de
Pascal se denomina así en su honor. Su madre moriría tras dar a luz a su
hermana pequeña Jacqueline cuando Blaise tenía tres años. Probablemente en esos
tres años desarrolló un incipiente complejo de Edipo que más tarde proyectaría
en su hermana Jacqueline. El cardenal Richelieu ya es presidente del Consejo en
París.
Étienne descubre muy
pronto la notable y precoz inteligencia de su hijo y decide educarle él mismo,
prescindiendo de maestros y de escuelas. Y curiosamente se niega a enseñarle
geometría hasta que un día sorprendió al pequeño Blaise intentando demostrar
por sus propios medios la proposición 32 del libro I de Los Elementos de Euclides. Tenía 12 años y nunca había
leído el libro de Euclides. Vivían desde hacía tres años en París.
En octubre de 1639
Richelieu nombra a Étienne Comisario del Rey para la recaudación de impuestos
en Normandía. Algo tuvo que ver con el hecho de que Richelieu estaba cautivado
por la gracia y la belleza de Jacqueline que a la sazón tenía 13 años y por sus
dotes para la poesía y la interpretación… La familia se desplaza a Rouen y
viven como corresponde a un alto cargo del Rey… A cuerpo de rey.
Blaise ayuda a su padre
con los penosos cálculos de los impuestos. En esa época no había calculadoras…
Y qué se le ocurre a Pascal hijo para huir de las pesadas cuentas repetitivas:
inventar la primera calculadora de la historia, la Pascalina. Una calculadora
mecánica dotada de seis ruedas dentadas y engranajes complicados que permitía
realizar de forma automática sumas y restas de números de hasta seis cifras.
Pascal tenía 19 años. Era complicada y cara… pero funcionaba. Construyó en dos
años más de 50 modelos diferentes con hasta ocho ruedas, es decir trabajaba con
números de ocho cifras. Una de ellas la presentó en la Academia de Mersenne con
aplauso general y hasta consiguió hacer una presentación del artilugio ante el
rey Enrique II.
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Entre 1651y 1654, tras la
muerte de su padre y el ingreso de su hermana en el convento jansenista de
Port-Royal, Pascal se sumerge en la vida licenciosa del París aristocrático. Pero no deja sus
investigaciones científicas: en 1651 escribe su Tratado del vacío y en 1654 tras una serie de intercambio de cartas
con Fermat sobre propiedades de los números y la probabilidad verá la luz la
obra que le hará famoso entre los matemáticos y los estudiantes de secundaria
de todo el mundo, el Tratado del triángulo aritmético, conocido desde entonces como el “Triángulo de Pascal”. Los coeficientes de las potencias de un
binomio, los números poligonales y piramidales, el cálculo de las combinaciones
y hasta el cálculo de repartos de las apuestas en partidas inconclusas y de
probabilidades están en el triángulo aritmético de Pascal. Este tratado llevó a
Pascal a la cima de las matemáticas del siglo XVII.
La correspondencia de
1654 entre Fermat y Pascal, tres cartas cada uno, será el origen de una nueva
rama de las matemáticas: el cálculo de probabilidades, la geometría del azar como la llamaba Pascal.
El 23 de noviembre de
1654, a las diez y media de la noche la vida de Pascal va a sufrir un cambio
radical. Una experiencia alucinatoria, una especie de éxtasis místico, va a
convertir al licencioso en un estudioso de temas teológicos que se retirará
durante unas semanas a la abadía de Port-Royal des Champs donde dedica su
tiempo a leer la Biblia y a traducir a Santa Teresa y a San Agustín. Y a
participar en las discusiones teológicas de los monjes. La abadía contaba con
unas escuelas a las que asistían los niños de la nobleza. Pascal aprovechó este
hecho para escribir un manual para enseñar a leer a los niños, basado en las
sílabas… sin necesidad de conocer el nombre de las letras. ¡300 años antes que
Paulo Freire!
Un año más tarde entrará
a saco en la polémica entre jansenistas y el Papa y los jesuitas y que
propiciará la publicación, en forma anónima, de las famosas Cartas provinciales.
18 cartas clandestinas a favor de los jansenistas, redactadas de forma
magistral que, por supuesto fueron prohibidas por la Iglesia, pero que
llevarían a Blaise Pascal, al parnaso de las letras francesas.
Por suerte, la teología
no le apartó del todo de las matemáticas y en 1658 publica el Tratado sobre la “ruleta” o Tratado sobre la cicloide, la curva que describe un punto del borde de una rueda al girar esta
regularmente. Pascal, mediante su ordenada de un punto de una curva, su
triángulo trilínea, sus ongletes nos lleva casi a las puertas del cálculo
diferencial. Habrá que esperar a Newton y a Leibniz para abrir esas puertas.
Pascal no llegó a verlo murió cuatro años más tarde, en 1662, tenía sólo 39
años.
A la luz de estos datos
creo que no es apropiado decir que Pascal fue un precursor de Sheldon Cooper;
más bien es la síntesis perfecta de Sheldon y de Mary, su fanática madre. Genio
científico y fanático religioso al mismo tiempo.
De lo que no cabe duda es
de que hay mucho de Blaise Pascal en la figura del Dr. Cooper de The Big Bang Theory.