Para los que se han examinado de selectividad y para los que no, también.
Pues sí. Presumía de no ser un triángulo cualquiera.
Tenía una peculiaridad que la hacía único. Tenía que ver con las medidas de sus ángulos.
Mejor aún, con los valores de las tangentes de sus ángulos.
Y poniendo una voz engolada lo explicaba a todo el que quisiera escuchar y a muchos que no querían:
" La suma de las tangentes de mis tres ángulos vale lo mismo que el producto de esas tangentes"
¡Y era cierto!
¿Cuánto medían sus ángulos?
Si lo descubres...NO lo divulgues...
Hola, el triangulo tenia razon de estar orgulloso. Un saludo.
ResponderEliminarUna solución muy democrática, ¿verdad?
ResponderEliminarNo podría ser más
ResponderEliminarPoder, poder...
EliminarEs que hay triángulos muy humanos
ResponderEliminarLos amorosos sobre todo...
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